El Palácio de Marivent, en Palma de Mallorca, vuelve a ser noticia, esta vez en Portugal, y no precisamente por la presencia de los reyes Felipe VI y Letizia. El diario portugués Correio da Manhã lo ha calificado directamente como “la lujosa residencia de verano de los reyes españoles”, pero ha puesto el foco en algo más que los muros del complejo: su desorbitado coste de mantenimiento, que recae íntegramente en el Gobierno autonómico de Baleares, tanto si la familia real lo pisa como si no. “Marivent nunca cierra, y la ‘máquina’ continua a funcionar mesmo sem ocupantes”, alerta el periódico, que se ha hecho eco de cifras oficiales del Govern balear publicadas por Diario de Mallorca.

Las cuentas no engañan: el Govern balear destinó 1,54 millones de euros en 2024 al funcionamiento del recinto, una cifra similar a la del año anterior y apenas un poco inferior a la de 2013, cuando el presupuesto ascendió a 1,67 millones. El grueso del gasto se lo lleva la limpieza, que el año pasado supuso más de un cuarto de millón de euros (exactamente 266.477 euros). Los meses de verano disparan la factura: solo en agosto se pagaron 79.384 euros, mientras que en julio se rozaron los 55.000 y en marzo se superaron los 41.000. No son cifras simbólicas, teniendo en cuenta que la estancia de los reyes cada vez es más breve.

Aunque la Casa Real no es oficialmente propietaria del palacio, puede utilizarlo como residencia estival siempre que haya un fin institucional o promocional. Pero esa condición “parece cada vez menos respetada”. De hecho, la duración de las vacaciones de Felipe VI y la reina Letizia en Marivent ha ido menguando año tras año, a pesar de que el dispositivo logístico se mantiene operativo los doce meses. La plantilla que da servicio al complejo supera las 250 personas e incluye jardineros, cocineros, personal de limpieza, chóferes, agentes de seguridad y técnicos de mantenimiento. Todo eso, para un inmueble que en invierno puede estar deshabitado o tener un solo trabajador en plantilla.

El contraste entre los meses cálidos y los fríos salta a la vista. En diciembre, el Govern apenas gastó 3.090 euros. En enero y junio, el coste se elevó a 9.102 euros mensuales por la presencia de tres trabajadores a tiempo completo. En cambio, durante el verano se activan todos los recursos: se restauran muebles antiguos (2.299 euros en 2023), se repara la piscina (45.000 euros), se cortan los jardines (8.300 euros solo en césped) y se plantan miles de flores (hasta 11.000 plantas de temporada, por valor de 16.615 euros).

Además, el consumo de agua y la gestión de aguas residuales añade otra carga considerable al presupuesto. En 2013, la empresa pública Emaya facturó al Govern 88.169 euros por el suministro de agua del recinto. En conjunto, entre limpieza y abastecimiento hídrico, se alcanzó un gasto anual de 355.000 euros, lo que equivale a una media de casi 30.000 euros al mes, independientemente de si la familia real está dentro o no.